EL UNIVERSAL
La lentitud con la que el Gobierno venezolano implementa el nuevo sistema cambiario aumenta la carestía de dólares para las empresas del sector privado y la caída de los inventarios amenaza con incrementar la escasez.
Todavía no comienza la creación del nuevo registro que incluirá a las empresas que podrán solicitar divisas en la Corporación Nacional de Comercio exterior; tampoco se conoce el monto y los lineamientos del presupuesto de divisas que definirá la política para cada sector; no hay claridad sobre cuáles empresas obtendrán dólares por el Sicad y cuántas por Cadivi o por el organismo que sustituiría a la Comisión y la incertidumbre es total sobre el precio que tendrá el dólar los próximos meses.
Mientras el nuevo sistema no termina de nacer, el viejo se ha quedado paralizado. Las ensambladoras de automóviles no reciben divisas desde octubre y por tanto la producción del primer semestre de este año está comprometida; las empresas del sector químico sufren el descenso de los inventarios y acumulan una deuda de 550 millones de dólares con proveedores en el exterior; el sector farmacéutico y de equipos médicos no ha podido importar lo necesario para abastecer correctamente a las clínicas y la sequía de divisas obliga a líneas aéreas a reducir operaciones.
Para la subasta de dólares del Sicad de la semana pasada fueron convocadas empresas que necesitan importar insumos y materias primas para producir alimentos de la cesta básica, con precios controlados, que hasta ahora las empresas venían elaborando con importaciones al tipo de cambio preferencial (y tasa oficial) de 6.30 bolívares.
Hay un detalle importante. La resolución 13-07-01 del Banco Central señala que al Sicad solo pueden acudir empresas que no tengan una autorización de liquidación de divisas o no hayan recibido dólares a través de Cadivi durante los sesenta días previos.
Por lo tanto, salvo que se trate de una subasta para nuevas empresas, esta convocatoria apunta a que compañías que intervienen en la cadena de producción de alimentos prioritarios no han recibido dólares de Cadivi.
Otro aspecto a considerar es que como se trata de bienes controlados, las empresas tienen el riesgo de pagar los dólares a 11.30 bolívares y que el Gobierno no les permita incrementar el precio de los productos.
Analistas no descartan que esta subasta sea el primer paso para que productos que se han venido importando con el tipo de cambio de 6.30 bolívares sean desplazados a la tasa del Sicad, pero para que sea un movimiento significativo el monto de las subastas tendría que aumentar, algo que aún no sucede.
El gasto del Gobierno supera en 15 por ciento del PIB al ingreso, las reservas internacionales caen y el salto de la inflación convirtió a las divisas obtenidas a este tipo de cambio en la mercancía más barata después de la gasolina. La devaluación aumentaría el ingreso para el Gobierno porque obtendría más bolívares por cada dólar proveniente del petróleo y disminuiría la demanda de divisas porque el billete verde sería más caro.
Fuentes señalan que el gabinete económico trabaja sobre dos escenarios. Uno considera deslizar el tipo de cambio hasta un monto que ronda 11 bolívares por dólar y elevar la tasa del Sicad a una cifra cercana a los 16 bolívares. La idea es que alimentos básicos y medicinas se importen a la tasa más barata y el resto de la economía se ajuste al dólar más caro. De esta forma, consideran los técnicos, el mercado podría recibir suficiente divisas y el dólar negro perdería peso en la fijación de precios.
El segundo escenario contempla mantener el tipo de cambio oficial de 6.30 bolívares para una lista de bienes básicos y las importaciones que realiza el sector público, mientras que el resto de la economía obtendría las divisas en el Sicad a un tipo de cambio cercano a 16 bolívares por dólar.
En los dos escenarios la inflación recibirá un impulso adicional porque al encarecerse el dólar también aumenta el precio de productos importados que resultan esenciales para mantener la oferta.
La lentitud con la que el Gobierno venezolano implementa el nuevo sistema cambiario aumenta la carestía de dólares para las empresas del sector privado y la caída de los inventarios amenaza con incrementar la escasez.
Todavía no comienza la creación del nuevo registro que incluirá a las empresas que podrán solicitar divisas en la Corporación Nacional de Comercio exterior; tampoco se conoce el monto y los lineamientos del presupuesto de divisas que definirá la política para cada sector; no hay claridad sobre cuáles empresas obtendrán dólares por el Sicad y cuántas por Cadivi o por el organismo que sustituiría a la Comisión y la incertidumbre es total sobre el precio que tendrá el dólar los próximos meses.
Mientras el nuevo sistema no termina de nacer, el viejo se ha quedado paralizado. Las ensambladoras de automóviles no reciben divisas desde octubre y por tanto la producción del primer semestre de este año está comprometida; las empresas del sector químico sufren el descenso de los inventarios y acumulan una deuda de 550 millones de dólares con proveedores en el exterior; el sector farmacéutico y de equipos médicos no ha podido importar lo necesario para abastecer correctamente a las clínicas y la sequía de divisas obliga a líneas aéreas a reducir operaciones.
SESENTA DÍAS
En medio de la indefinición el Gobierno emite señales de que el Sicad, donde por ahora el dólar tiene un precio de 11.30 bolívares, podría comenzar a ganar peso en la economía.Para la subasta de dólares del Sicad de la semana pasada fueron convocadas empresas que necesitan importar insumos y materias primas para producir alimentos de la cesta básica, con precios controlados, que hasta ahora las empresas venían elaborando con importaciones al tipo de cambio preferencial (y tasa oficial) de 6.30 bolívares.
Hay un detalle importante. La resolución 13-07-01 del Banco Central señala que al Sicad solo pueden acudir empresas que no tengan una autorización de liquidación de divisas o no hayan recibido dólares a través de Cadivi durante los sesenta días previos.
Por lo tanto, salvo que se trate de una subasta para nuevas empresas, esta convocatoria apunta a que compañías que intervienen en la cadena de producción de alimentos prioritarios no han recibido dólares de Cadivi.
Otro aspecto a considerar es que como se trata de bienes controlados, las empresas tienen el riesgo de pagar los dólares a 11.30 bolívares y que el Gobierno no les permita incrementar el precio de los productos.
Analistas no descartan que esta subasta sea el primer paso para que productos que se han venido importando con el tipo de cambio de 6.30 bolívares sean desplazados a la tasa del Sicad, pero para que sea un movimiento significativo el monto de las subastas tendría que aumentar, algo que aún no sucede.
INFLACIÓN CALIENTE
El dólar a 6.30 bolívares comienza a desdibujarse, víctima de desajustes profundos.El gasto del Gobierno supera en 15 por ciento del PIB al ingreso, las reservas internacionales caen y el salto de la inflación convirtió a las divisas obtenidas a este tipo de cambio en la mercancía más barata después de la gasolina. La devaluación aumentaría el ingreso para el Gobierno porque obtendría más bolívares por cada dólar proveniente del petróleo y disminuiría la demanda de divisas porque el billete verde sería más caro.
Fuentes señalan que el gabinete económico trabaja sobre dos escenarios. Uno considera deslizar el tipo de cambio hasta un monto que ronda 11 bolívares por dólar y elevar la tasa del Sicad a una cifra cercana a los 16 bolívares. La idea es que alimentos básicos y medicinas se importen a la tasa más barata y el resto de la economía se ajuste al dólar más caro. De esta forma, consideran los técnicos, el mercado podría recibir suficiente divisas y el dólar negro perdería peso en la fijación de precios.
El segundo escenario contempla mantener el tipo de cambio oficial de 6.30 bolívares para una lista de bienes básicos y las importaciones que realiza el sector público, mientras que el resto de la economía obtendría las divisas en el Sicad a un tipo de cambio cercano a 16 bolívares por dólar.
En los dos escenarios la inflación recibirá un impulso adicional porque al encarecerse el dólar también aumenta el precio de productos importados que resultan esenciales para mantener la oferta.
Socialismo para animales
La revolución socialista en Venezuela también es para los animales, literalmente. El presidente Nicolás Maduro ordenó a sus asesores estudiar extender el control de precios al alimento de perros y gatos como parte de la Misión Nevado, campaña financiada por el Gobierno para rescatar a una incontrolada población de animales callejeros.
En un evento en Caracas con activistas de los derechos de los animales, el presidente adoptó un gato callejero gris con blanco. Dijo que cuidar a animales abandonados representa el sentimiento más noble de la revolución que inició su antecesor, el fallecido presidente Hugo Chávez. (AP)
En un evento en Caracas con activistas de los derechos de los animales, el presidente adoptó un gato callejero gris con blanco. Dijo que cuidar a animales abandonados representa el sentimiento más noble de la revolución que inició su antecesor, el fallecido presidente Hugo Chávez. (AP)
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