por EL CRONISTA
El dólar paralelo superó la barrera psicológica de los 30 bolívares y agrega mayor presión a Maduro. El oficial cotiza a 6,30 bolívares, lo que supone una brecha cambiaria del 400%. El gobierno se prepara para reactivar el Sicad, un mecanismo de subasta de dólares para importadores que se suspendió en la previa electoral. Es que implicaba reconocer en la práctica una nueva devaluación tras la implementada en febrero de este año
Mientras el mercado espera que el gobierno venezolano decida flexibilizar el sistema cambiario para complementar al Cadivi que no da abasto para hacer frente a la actual demanda de dólares por importaciones una segunda devaluación no será suficiente para combatir la escasez de divisas que reina en la tierra de Chávez.
En tanto, la presión sobre el mercado paralelo del dólar no cesa y obliga al gobierno a tomar medidas. La divisa alcanzó ayer un nuevo récord al tocar los $ 31,12 bolívares por dólar en la frontera con Colombia, mientras que el tipo de cambio oficial se mantiene a $ 6,30.
Desde la consultora Capital Economics, sostienen que si el gobierno del presidente Nicolás Maduro no adopta un marco económico amigable hacia el mercado, la escasez será peor y la crisis de la balanza de pagos aumentará.
Según datos de Bulltick, el índice de escasez de alimentos también registró un nuevo récord de 21,3% en abril.
El problema son los precios y los controles cambiarios, además de las nacionalizaciones estatales a gran escala que frenaron la productividad. Como resultado, Venezuela enfrenta una masiva escasez de alimentos. Además, hay una deficiencia adicional de cash e ingresos públicos debido a una baja de la producción de petróleo durante el período de gobierno chavista, explicó Kathryn Rooney, analista de Bulltick, para quien una nueva devaluación será insuficiente y acarreará una mayor inflación.
El índice de precios al consumidor marcó en mayo el 35% interanual y las proyecciones de Rooney la ubican en 40% a fines de 2013.
En este contexto, hay conversaciones entre las autoridades del gobierno para reactivar el Sicad, un mecanismo de subasta de dólares por la cual los importadores se hicieron de la divisa un mes antes de las elecciones presidenciales. Según estimaciones de economistas, en aquella subasta el dólar se negoció a 14 ó 15 bolívares por unidad, al duplicar el valor del tipo de cambio oficial.
Así, los fuertes rumores de una nueva devaluación encubierta llevaron a Maduro a interrumpir este mecanismo hasta nuevo aviso. La última devaluación oficial fue realizada en febrero de este año cuando el bolívar pasó de 4,30 a 6,30 por dólar.
Para Capital Economics, dos factores sugieren que una nueva depreciación del bolívar no resolverá la crisis en la balanza de pagos.
Por un lado, el petróleo significa el 95% de las exportaciones y su precio ya está fijado en dólares. Con exportaciones de manufactura inexistentes, la devaluación no estimulará un período de crecimiento a través de estas. Una devaluación significará un ingreso mayor de bolívares al Gobierno por exportaciones de petróleo, pero lo que se necesita son más dólares, apuntó el informe.
Por otro lado, la administración de Nicolás Maduro se aseguró u$s 7.500 millones en préstamos petroleros en las últimas semanas ($ 4.000 millones de China, $ 1.500 millones de Rusia y $ 2.000 millones de Chevron, con quien PDVSA mantiene joint-ventures), pero según Capital Economics, de ser usados fuera de la industria petrolera, los préstamos no resolverán la escasez de divisas ya que cubrirían apenas dos meses de importaciones.
Sin embargo, una visión más positiva sostiene que en Venezuela está en marcha una reforma económica hacia un modelo más moderado a baja velocidad. Así lo explica Alejandro Grisanti, analista de Barclays, para quien el gobierno está buscando reabrir el mercado de permuta en el mediano plazo, que podría legalizar el mercado negro de divisas.
Vender dólares por esta vía a una tasa más baja que la actual (entre 28 y 30 bolívares por unidad), ayudaría al sector público a mejorar su balance y facilitaría el flujo de divisas para resolver los problemas de abastecimiento que afectan la producción, dijo el economista.
Según Barclays, Maduro busca repotenciar el Cadivi para luego relanzar Sicad y así felxibilizar el control de cambios.
Aunque para el banco este cambio se sentirá en 2014 - por lo cual es muy tarde para evitar una recesión este año - sostiene que el gobierno ya está abriendo canales de comunicación con el sector privado y los inversores, además de considerar medidas que podrían representar un importante cambio en la política económica hacia la moderación.
El dólar paralelo superó la barrera psicológica de los 30 bolívares y agrega mayor presión a Maduro. El oficial cotiza a 6,30 bolívares, lo que supone una brecha cambiaria del 400%. El gobierno se prepara para reactivar el Sicad, un mecanismo de subasta de dólares para importadores que se suspendió en la previa electoral. Es que implicaba reconocer en la práctica una nueva devaluación tras la implementada en febrero de este año
Mientras el mercado espera que el gobierno venezolano decida flexibilizar el sistema cambiario para complementar al Cadivi que no da abasto para hacer frente a la actual demanda de dólares por importaciones una segunda devaluación no será suficiente para combatir la escasez de divisas que reina en la tierra de Chávez.
En tanto, la presión sobre el mercado paralelo del dólar no cesa y obliga al gobierno a tomar medidas. La divisa alcanzó ayer un nuevo récord al tocar los $ 31,12 bolívares por dólar en la frontera con Colombia, mientras que el tipo de cambio oficial se mantiene a $ 6,30.
Desde la consultora Capital Economics, sostienen que si el gobierno del presidente Nicolás Maduro no adopta un marco económico amigable hacia el mercado, la escasez será peor y la crisis de la balanza de pagos aumentará.
Según datos de Bulltick, el índice de escasez de alimentos también registró un nuevo récord de 21,3% en abril.
El problema son los precios y los controles cambiarios, además de las nacionalizaciones estatales a gran escala que frenaron la productividad. Como resultado, Venezuela enfrenta una masiva escasez de alimentos. Además, hay una deficiencia adicional de cash e ingresos públicos debido a una baja de la producción de petróleo durante el período de gobierno chavista, explicó Kathryn Rooney, analista de Bulltick, para quien una nueva devaluación será insuficiente y acarreará una mayor inflación.
El índice de precios al consumidor marcó en mayo el 35% interanual y las proyecciones de Rooney la ubican en 40% a fines de 2013.
En este contexto, hay conversaciones entre las autoridades del gobierno para reactivar el Sicad, un mecanismo de subasta de dólares por la cual los importadores se hicieron de la divisa un mes antes de las elecciones presidenciales. Según estimaciones de economistas, en aquella subasta el dólar se negoció a 14 ó 15 bolívares por unidad, al duplicar el valor del tipo de cambio oficial.
Así, los fuertes rumores de una nueva devaluación encubierta llevaron a Maduro a interrumpir este mecanismo hasta nuevo aviso. La última devaluación oficial fue realizada en febrero de este año cuando el bolívar pasó de 4,30 a 6,30 por dólar.
Para Capital Economics, dos factores sugieren que una nueva depreciación del bolívar no resolverá la crisis en la balanza de pagos.
Por un lado, el petróleo significa el 95% de las exportaciones y su precio ya está fijado en dólares. Con exportaciones de manufactura inexistentes, la devaluación no estimulará un período de crecimiento a través de estas. Una devaluación significará un ingreso mayor de bolívares al Gobierno por exportaciones de petróleo, pero lo que se necesita son más dólares, apuntó el informe.
Por otro lado, la administración de Nicolás Maduro se aseguró u$s 7.500 millones en préstamos petroleros en las últimas semanas ($ 4.000 millones de China, $ 1.500 millones de Rusia y $ 2.000 millones de Chevron, con quien PDVSA mantiene joint-ventures), pero según Capital Economics, de ser usados fuera de la industria petrolera, los préstamos no resolverán la escasez de divisas ya que cubrirían apenas dos meses de importaciones.
Sin embargo, una visión más positiva sostiene que en Venezuela está en marcha una reforma económica hacia un modelo más moderado a baja velocidad. Así lo explica Alejandro Grisanti, analista de Barclays, para quien el gobierno está buscando reabrir el mercado de permuta en el mediano plazo, que podría legalizar el mercado negro de divisas.
Vender dólares por esta vía a una tasa más baja que la actual (entre 28 y 30 bolívares por unidad), ayudaría al sector público a mejorar su balance y facilitaría el flujo de divisas para resolver los problemas de abastecimiento que afectan la producción, dijo el economista.
Según Barclays, Maduro busca repotenciar el Cadivi para luego relanzar Sicad y así felxibilizar el control de cambios.
Aunque para el banco este cambio se sentirá en 2014 - por lo cual es muy tarde para evitar una recesión este año - sostiene que el gobierno ya está abriendo canales de comunicación con el sector privado y los inversores, además de considerar medidas que podrían representar un importante cambio en la política económica hacia la moderación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario